sábado, 24 de diciembre de 2011

EL RAYO PALPITANTE

          

Otro poema del mundo: ver cómo cuaja el día sobre los campos escarchados, las ramas yertas, los ríos coagulados, la pátina blanca de los tejados de las estaciones derrotadas frente a las que se detiene este viejo tren que para en todos los pueblos de mala muerte, de buena vida.

Súbitamente, a la velocidad del rayo, se cruza con el nuestro otro tren. Apenas coincidimos unos segundos, pero en ellos habremos estado a un metro de cuántas personas, que han pasado como bultos ante nosotros sin que hayamos podido siquiera mirarles los ojos. Qué fugaces han sido sus vidas para nosotros, las nuestras para ellos. Así debe de vernos la eternidad. Para la Historia no somos sino pasajeros invisibles que duran lo que para nosotros el rayo, y cuyo destino sólo un desconocido jefe de estación conoce.

 
                                                                  Juan Hurle: "Distance"


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