domingo, 15 de enero de 2012

ALCALDADAS

Andamos otra vez a vueltas con la Gürtel y tenemos que escuchar de nuevo las alcaldadas de la Barberá, que dice ahora que "un bolso de Louis Vuitton es un regalo habitual". Por ahorrarme la mala sangre de volver sobre ello, dejo aquí un texto fechado en agosto de 2009, librándolo de la tumba de su libreta y alimentando de paso la famélica sección "Archivo".

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“Todos, absolutamente todos los políticos, reciben regalos”.

La sorprendente declaración, último donaire proferido por la regidora de Valencia, la Excelentísima Sra. Rita Barberá, pretende salir al paso de la información periodística que la acusa de recibir bolsos de la marca Louis Vuitton, valorados en varios miles de euros, de parte de Álvaro Pérez “El Bigotes”, cabecilla de la trama Gürtel en Valencia. La noticia sale a la palestra tras varios meses de investigación sobre los trajes que Francisco Camps, presidente de la Comunidad Valenciana, recibió supuestamente de la trama corrupta. La contraprestación a esas dádivas es lo que está investigando el TSJV.

Si desde el PP primero se negaban los regalos y después se minimizaba su importancia en razón de su escaso montante económico -como si el delito fuese cuestión de grado-, ahora la ínclita alcaldesa, que ha hecho del populismo su bandera, emplea, no sin inteligencia, la táctica del ventilador. Nada parece importarle echar a los leones a la totalidad de la clase política, a la que pertenece, ni contribuir a su depreciación. “¡No me van a callar!”, amenaza furiosa. Mañana -estoy convencido de ello- se escucharán en cada cafetería de Valencia no pocas voces que ensalzarán su sinceridad. “La única que se atreve a llamar a las cosas por su nombre”, dirán unos; “Con un par”, otros.

En unas declaraciones a pie de chiringuito, la portavoz en el Congreso del PP, María Dolores de Cospedal, presenta a su partido como víctima de una conspiración judicial y mediática y anuncia la interposición de una querella (sin aclarar contra quién) para denunciar la filtración a los medios de comunicación de nuevos detalles de la investigación, insinuando, en una acusación gravísima y sin precedentes en nuestra democracia, la idea de que el gobierno utiliza las instituciones y medios del Estado para realizar escuchas ilegales a su adversario político.

Qué bien se aprecia en las situaciones apuradas aquello tan bellamente denominado como altura de miras. Baste recordar que un exmilitante de ese partido, Vicente Sanz, casualmente también en Valencia, donde fue presidente provincial de su partido, fue grabado en una conversación telefónica en la que aseguraba estar en política “para forrarse”, y tras cesar en ese cargo fue premiado al año siguiente con la Jefatura de Personal primero, y la Secretaría General después, de la Radiotelevisión Valenciana por defender tan elevados ideales. Motivador ejemplo. Por cierto, que duró en el cargo lo que tardó en ser procesado por abuso sexual supuestamente cometido contra tres trabajadoras del ente, que aportaron grabaciones en vídeo y mensajes de móvil como prueba de las vejaciones. Veremos cuál será su próximo cargo cuando todo se arregle.

Pasma el doble rasero con que miden en el PP sus casos de corrupción y los del PSOE (llegaron exigir la dimisión de la ministra de defensa por haber contraído la gripe A dos niños en la excursión de un colegio a una base militar). Desde luego, nadie espera que Dª. Rita reconozca que sí, que la han pillado, que se retira del servicio público y que a partir de ahora se dedicará a la caridad (podría subastar sus bolsos, algunos valorados en 4000 euros, y donar la suma obtenida a la beneficencia), o a la ecología: aunque algunos, irónicos, dirían que ya ha hecho bastante, por poder podría hasta cobijar un nido en la cabeza.

Yo de mayor, político. (En Valencia y con los buenos, claro).


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