miércoles, 18 de julio de 2012

LOS LIBROS QUE ME ESCRIBEN

A veces, al leer, tenemos la sensación de que nos están leyendo el alma. Si hubiese yo sabido decir lo que mi turbado afán entre líneas o entre sueños me dictaba, exactamente así lo habría dicho, pensamos entonces. Esa es la página que buscamos, con la que quisiéramos saber dar siempre, la que justifica el placer inagotable de la relectura. ¿Cuántas veces el regusto agridulce de sentir que nos han robado un verso? ¿Cuántas el escrúpulo de temer parecernos demasiado a tal autor o línea amada? Amplifica nuestro asombro saber que quien sentimos tan cerca de nuestro sentimiento pudiera haber levantado su obra hace cien o mil años, en las antípodas acaso de nuestro rincón del mundo. El libro que busco y que me escribe es el que me hace partícipe de esa emoción primigenia, el vínculo creado por la súbita identificación con lo expresado, cuya impresión física en todo se parece a un susto.

1 comentario:

  1. Volveré a leer esta reflexión más veces, Sergio, me ha sacudido amablemente la sesera. Preciosa.

    Salud
    Manuel

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